viernes, mayo 31, 2013

Bolonia

Para Paloma, que pasa las noches en vela persiguiendo un sueño que no llega.


...Claro que lo sabes, sabes perfectamente que se escribe siempre sobre lo que se ha vivido. Nadie puede imaginar pasión, desdén o ternura, sin haberlos sentido antes. Y los amores fugaces e intensos están llenos de todos esos sentimientos, maximizados por el poco tiempo que permanecen vivos. A veces pienso que me convertí, no se en qué momento, en un profesional de los amores extremos, apasionados y breves. Y no se si alguna vez me cruzaré -o quizás ya me cruzé y no la supe ver- con la mujer que por fin me haga dejar de escribir sobre amores perdidos, duelos y quebrantos. 

Estoy en Bolonia y la playa está gris. Este fin de semana de San Fernando y El Corpus parece más uno de Todos los Santos. El mar tiene un tono malva, las nubes cubren el cielo y la sierra cercana está semiescondida por la bruma. Nadie diría que estamos a finales de Mayo. Anoche no había estrellas en el firmamento y no fue posible pedir ningún deseo, salvo que hoy amaneciera un dia radiante. Pero los Hados, en este lugar un poco olvidado, un poco perdido y un poco mágico, deben estar en otras cosas porque no me han escuchado. Quizás estaban en no dejarte dormir anoche y en que te acordaras de mis relatos y que me escribieras, porque ha sido inesperado y sorprendente y hermoso recibir tu carta.

Así que es posible que los Hados trabajen más de lo que tu y yo imaginamos, tejiendo redes que terminen por atraparnos a ambos, mientras tu miras las estrellas en Sevilla y yo las pinto en el techo de mi pequeña habitación, en una azotea que, cuando sopla el Poniente y hace rugir el mar tan cercano, parece el camarote de un barquito a la deriva, a punto de hundirse en las tenebrosas aguas del Atlántico.


Bolonia, Mayo de 2013

No hay comentarios: