Lo que más lamento es no haberte dicho nunca que te quería. En realidad supongo que cuando era pequeño si te lo dije, pero no lo recuerdo. En cambio, si recuerdo las veces que me dabas a leer tus versos para que te diera mi opinión y apenas les echaba un vistazo y te decía un "están bien" sin entusiasmo. O cuando intentabas mantener una conversación conmigo y yo te respondía con monosílabos para quitarte las ganas. O las ocasiones en que te di una mala respuesta cuando solo intentabas ayudarme o interesarte por mis cosas.
Creo que solo comencé a entenderte a partir de que me casé. Fui comprendiendo tus silencios, tus enfados y tus agobios. Fui comprendiendo lo difícil que es ser padre y esposo y lo que a veces cansan los hijos. Y me di cuenta de lo mucho que me querías y el esfuerzo que hiciste por recuperarme cuando me creías perdido.
Hoy, que hace diez años que te fuiste, quiero que sepas que nunca me perdiste, que siempre te quise y que te echo mucho de menos, papá, donde quiera que estés.
Sevilla, Diciembre de 2006
Creo que solo comencé a entenderte a partir de que me casé. Fui comprendiendo tus silencios, tus enfados y tus agobios. Fui comprendiendo lo difícil que es ser padre y esposo y lo que a veces cansan los hijos. Y me di cuenta de lo mucho que me querías y el esfuerzo que hiciste por recuperarme cuando me creías perdido.
Hoy, que hace diez años que te fuiste, quiero que sepas que nunca me perdiste, que siempre te quise y que te echo mucho de menos, papá, donde quiera que estés.
Sevilla, Diciembre de 2006