Si faltaba un certificado, porque Pedro estaba de vacaciones, no importaba, él lo hacía. Si no había venido Laura, la chica de las facturas, no importaba, él las hacía. Si nadie quería trabajar durante un puente, no importaba, él lo hacía. Si Jaime, el que empaquetaba las piezas, estaba enfermo, no importaba, él lo hacía. Un buen día llegó a la fábrica y la encontró cerrada. Y no le importó. Por fin podría descansar.
Sevilla, Diciembre de 2004
martes, diciembre 28, 2004
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