Era Octubre, estaba en Córdoba y llovía. Fueron las primeras gotas de un chaparrón casi contínuo que no se detuvo hasta un par de días antes de Navidad. Te echaba de menos, como casi siempre y te deseaba paseando conmigo por los rincones de la ciudad. Y entonces me paré en un café y en un par de minutos escribí este pequeño relato.
--- o ---
Cada mañana se asoma a la ventana esperando la lluvia que nunca miraron juntos desde la cama. La lluvia que diluye cada día el recuerdo de los pocos momentos que compartieron. La lluvia de la que nunca llegaron a refugiarse. La lluvia que jamás los empapó de camino a casa. La terrible lluvia que le recuerda cada día que su amor se marchitó a finales del último verano.
Sevilla, Diciembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario