Una cucharada de facturas, una pizca de pañales, dos medidas de hipoteca y tres onzas de silencios formaron una combinación casi perfecta. Pero aún faltaba algo. Durante años fueron añadiendo diversos ingredientes: medio vaso de reproches, un dedo de malentendidos, cien gramos de egoísmo, una libra de indiferencia... Ayer me llamaron emocionados. ¡Por fín habían descubierto, después de tantos esfuerzos, la fórmula magistral para disolver su amor!.
Sevilla, Diciembre de 2004
miércoles, diciembre 29, 2004
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1 comentario:
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