Hoy ha sido particularmente difícil escribir una historia. Me levanté tarde y algo deprimido. Nunca me han gustado los finales de año. Por fin, despues de varios intentos que han ido a parar a la papelera, ahí tenéis "El experto". No es de lo mejor que he escrito, pero para un treinta y uno de Diciembre, bien puede valer.
Tenía un potente ordenador que le permitía estar en contacto con todo el mundo y enviar miles de mensajes al mismo tiempo. Podía conversar cómodamente con cien clientes a la vez en treinta salas de "chat", gracias a su gigantesco monitor de 30 pulgadas con pantalla panorámica. El teléfono móvil tribanda G3E de última generación le permitía hacer videoconferencias múltiples con sus socios de Extremo Oriente, y podía hablar con todos sus agentes en América con solo pulsar un botón de su agenda electrónica...
Sí. Definitivamente, las telecomunicaciones eran lo suyo. Pero era incapaz de decir un "te quiero" a su mujer.
Sevilla, Diciembre de 2004
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