Para mi querida princesa oriental, que tal vez nunca conozca...
Llámame y será mi numero de la suerte el que aparezca en la pantalla del teléfono. Llámame y hazme temblar de intriga al pensar que tal vez seas tu. Llámame, pero hazlo de noche, que la oscuridad guarda los secretos mas bellos. Llámame, que estaré esperando tu voz suave, tejida del verde eterno de los campos de Compostela.
Llámame y te cantaré versos, que serán como los besos que escribiré sobre tu piel, cuando enredados en tu sofá de cuadros, libre batallas contigo que ganarás siempre y yo me retire con ganas de volver de nuevo a retarte sabiendo que tu victoria será también la mía.
Sevilla, Noviembre de 2012
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