Para mi malagueña salerosa, la de los ojos bonitos.
Enredado querría estar contigo, entrelazadas las piernas en el sofá de parches de colores de tu casa, anudado a ti en tu vientre, encendido por ti toda la noche, desnudo de cuerpo y alma, descubierto y sin secretos ante tus ojos, mirando en la profundidad de los tuyos, amándote con mis labios y mis manos, y diciéndote ¡Amor, amor! suave al oído. Enredado querría estar contigo y no saber nunca cómo deshacer el nudo.
Sevilla, Noviembre de 2012
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