Para Carolina, por supuesto.
Y para Mía, por obligarme a volver.
Son dos delfines que saltan,
a su lado estan dos lunas.
Dos delfines que se ríen
y brillan de blanca espuma.
Mientras los delfines juegan,
Carolina cuenta historias.
Algunas que son verdad,
otras, sólo memoria.
Al fondo hay un arco iris,
entre medio, las dos lunas.
Y tu corazón alegre,
que es más grande que ninguna.
Cuando los delfines ríen,
tus manos, tus manos firmes,
me llevan por un camino
que no quiero que termine.
Carolina mira el mar,
las manos llenas de espuma.
Sus dos delfines vigilan
que no se vaya la Luna.
Sevilla, Noviembre de 2005
sábado, noviembre 12, 2005
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2 comentarios:
Pues me costó y mucho hacerte el comentario... que me parecía que de alguna manera rompía tus cadencias, pero ¡¡Chico!!, es que esta vez la cadencia, empezaba a parecerme demasiado “ralentizada” ;)
Un besito, me alegra que te viniera bien que “te azuzara”, en el fondo también a mi me consta, y ahora ya sé que no te molesta que venga a insistirte para que no te quedes a la zaga.
Yo soy de los que necsita un empujón de vez en cuando. Espero que te haya gustado, lo escribí esta mañana en un ratito.
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