Abría la puerta temiendo encontrarla. Su silencioso reproche se había hecho insoportable. Evitaba cruzarse con ella por el pasillo, cambiaba de habitación cuando ella entraba y buscaba cualquier disculpa para retrasar todo lo posible la vuelta a casa.
Empezó a comer en el trabajo, se quedaba hasta muy tarde en la oficina y siempre estaba disponible para viajar donde necesitara la empresa.
Pronto se fijaron en él para un puesto de mayor responsabilidad y hace un par de semanas lo ascendieron a Director General.
Sevilla, Enero de 2005
3 comentarios:
¿Huyendo hacia adelante?
Eso fue. Ahora ya no necesito huir de nada :-)
¿Quien eres, desconocido/a?
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