Quiero escucharte
y para variar,
no tener que decir nada.
Disfrutar de tus palabras,
sumergirme en ellas,
llenarme de ellas,
literalmente empaparme de tu voz
y de tus ojos,
hasta perder la respiración.
Desfallecer entre tus brazos y
revivir entre tus piernas.
Morir con cada embate y
salir vivo de la batalla
solo para entrar de nuevo en ti.
No quiero ganar esta guerra.
Quiero ser tu gozoso prisionero y
perder todas las contiendas
contigo.
Me cansé de luchar
por ser el más inteligente,
el más mordaz,
el más sarcástico,
el más ocurrente.
Quiero perderlo todo y
nacer de nuevo,
desnudo y libre,
como una hoja en blanco
donde escribir
capítulos completos
de mi vida a tu lado.
Romper, romper y
triturar la cadenas del pasado,
destrozar las bolas de cristal
que predicen un futuro
que nunca va a estar escrito.
Y vivir contigo
sólo este
día
que
no
quiero
que
termine
n
u
n
c
a
.
Sevilla, Julio de 2015
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