El despecho, la rabia, la desolación, la
sensación cierta de haberte perdido para siempre me descomponen y me
desconciertan.
Estas semanas te he escrito, a veces, para provocar una respuesta que nunca llega, a veces
para creer que sigues ahí, como no hace tanto, a veces para hablarte, para
contarte lo que me sucedió en este o en aquel momento. Cómo a un amiga
muy querida. Porque fuimos amigos, si. A la vez que
amantes en la distancia, nos hicimos amigos. Compartiendo fotografías, música, risas, versos
y esos pequeños pero importantes momentos de cada una de nuestras
vidas, a veces bonitos, a veces terribles, que nos han llevado a ser cómo somos.
Me enamoré de ti leyendo tus cartas, tus pequeños poemas, tu firma, que cada vez contaba algo diferente de ti, de tus quehaceres, tus sentimientos o tus deseos. Nunca imaginarás lo que me
impresionaba de qué manera en dos o tres palabras eras capaz de enseñarme tanto
de ti.
Tanto, que yo que me consideraba buen escritor, me sentía incapaz siquiera de asomarme a la belleza de tus palabras, de intentar siquiera provocar en ti el efecto que las tuyas causaban en mi.
Alguna vez te lo quise explicar, pero nunca he tenido la facilidad para hablar que tengo para escribir. Quizás es que delante de un papel me da tiempo a ordenar mis ideas y decir lo que realmente siento, sin divagar, como tantas veces me pasaba cuando hablábamos, hasta el punto de exasperarte.
Tanto, que yo que me consideraba buen escritor, me sentía incapaz siquiera de asomarme a la belleza de tus palabras, de intentar siquiera provocar en ti el efecto que las tuyas causaban en mi.
Alguna vez te lo quise explicar, pero nunca he tenido la facilidad para hablar que tengo para escribir. Quizás es que delante de un papel me da tiempo a ordenar mis ideas y decir lo que realmente siento, sin divagar, como tantas veces me pasaba cuando hablábamos, hasta el punto de exasperarte.
Por eso esta noche tomo de nuevo papel y pluma, porque aun sabiendo de seguro que es tarde, no podía despedirme sin que supieras de qué manera, sin darme cuenta, me enamoré de ti.
Sevilla, Octubre de 2012
2 comentarios:
Puede que sea porque he vivido en mis propias escamas algo igual a lo que cuenta tu “carta” que entiendo perfectamente lo que dices en ella, el uso de la primera persona hace que los sentimientos vayan directos y sin filtros retóricos…
…ese enamorarse de una forma platónica al principio hasta sentirla tan real como todos los latidos que provocan sus letras
… esa rabia que no es más que un juego de la mente para protegerse de la tristeza, esa tristeza infinita que se cuela y se instala en el alma tras la pérdida…
…si, puede que sea porque tu carta bien podría haberla escrito yo alguna vez que la entiendo perfectamente…
Pero sabes mi Poeta?, jeje, y esto ya te lo he dicho, si se marchó y no entendió todo lo que sentías, lo que estabas dando, lo que vales, es que no estaba a tu altura y mujeres las hay a puñaditos y a ti las chicas no se te dan mal, así que no dudes que te cruzarás con la tuya, en algún momento y lugar y sabrás que es ella porque dejará a oscuras y en el olvido a todas las demás, eso es el amor, y yo sigo creyendo en el amor, lo se, somos unos románticos empedernidos y sin remedio, jajaa, miles de besosssssssssssss
Lo haces muy bien y tus escritos me llegan,que importante es eso gran sensibilidad como siempre.Espero leerte mucho mas Josefillo........
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