Cae una lluvia fina que limpia el aire del verano que todavía no acaba de marcharse y deja un fresco olor a tierra mojada. Una lluvia que invita a a salir a la calle, a empaparse lentamente bajo ella y sentirse renovado, limpio por dentro y por fuera. Una lluvia que trae noticia del nuevo año que para mí siempre comienza en Septiembre, nunca en Enero.
Amo esta época del año. Me trae recuerdos de libros sin abrir que esconden secretos aún no revelados, la excitación ante el curso que acaba de empezar, el reencuentro con las viejas conocidas y quizás el hallazgo de un buen amigo escondida tras el rostro de un nuevo compañero.
El otoño es casi certeza de poder borrar todo lo malo del año que termina e ilusión por partir otra vez de cero. Momento de hacer balance, revisar ideas e imaginar nuevos proyectos. Tiempo para poner en la calle todo lo viejo, todo lo que nos duele y dejar en casa, en nuestro interior, sólo aquello que nos dé la paz que, aunque no lo sepamos a veces, todos andamos buscando.
Sevilla, Septiembre de 2008
Amo esta época del año. Me trae recuerdos de libros sin abrir que esconden secretos aún no revelados, la excitación ante el curso que acaba de empezar, el reencuentro con las viejas conocidas y quizás el hallazgo de un buen amigo escondida tras el rostro de un nuevo compañero.
El otoño es casi certeza de poder borrar todo lo malo del año que termina e ilusión por partir otra vez de cero. Momento de hacer balance, revisar ideas e imaginar nuevos proyectos. Tiempo para poner en la calle todo lo viejo, todo lo que nos duele y dejar en casa, en nuestro interior, sólo aquello que nos dé la paz que, aunque no lo sepamos a veces, todos andamos buscando.
Sevilla, Septiembre de 2008
7 comentarios:
;-))
Bonita entrada
Oye, te he respondido al comentario con una entrada. Que sepas que no es picándome contigo, solo explicándote todo aquello que yo sé.
Gracias por expresar tu opinión en El Fregonero:P
Un abrazo
Tu texto está impregnado también de melancolía, aun cuando pienses y hables de nuevos proyectos. Para mí, y quizá para quienes viven pegados al Mediterráneo, el momento de hacer limpieza general es la primavera, cuando nos sacudimos del olor a humo de la chimenea y corremos a disfrutar del sol. Saludos cordiales.
Mi hermano piensa como tu y alguna amiga también. El habla de mi melancolía y ella de lo que me gustan los desastres...
El principio de curso siempre ha sido para mí el comienzo del año, aunque no me importaría trasladarlo a la primavera, cuando comenzaba el año romano y el de tantas culturas de la antiguedad.
Desde luego, lo que no tiene sentido es que el año empiece en enero. Cosas de la religión Católica, que tenía que desvincularse de las tradiciones "paganas".
De todos modos, yo que vivo en sevilla, relativamente de ambos mares, también me considero mediterráneo.
Me encanta tus "Mujeres de roma"
A mí me parece que el otoño en Sevilla es como una segunda primavera aunque distinta, mística y más romántica; porque todo reverdece antes de morir. Un saludo.
Primero me puede, después me hundo, y luego me revelo... para terminar por último dejándome envolver por ella, y descubrir... como cada año, que realmente la anhelo... :)
Pepa te dio el nombre del bar equivocado. No es El rinconcillo, sino El Picadero justo al lado de la entrada a la sala de exposiciones del El Monte.No tenía otra manera de hacerte llegar el mensaje. Aquí te lo dejo. Saludos. Javier. Hasta el martes, si te animas...
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