Para Luisa.
La dejó en la cama, dormida. Desde la calle llegaban apagados los últimos ecos del Carnaval. Se acercó a la ventana y se volvió hacia ella. Venecia amanecía y un rayo de luz iluminó su cara unos segundos sin despertarla. Desnuda entre las sabanas revueltas, estaba bellísima.
Colocó la nota en la mesita, doblada cuidadosamente, junto a una foto de cuando fueron felices. Su último pensamiento, mientras se hundía en las frias aguas del Gran Canal, fue para ella.
Sevilla, Febrero de 2008
La dejó en la cama, dormida. Desde la calle llegaban apagados los últimos ecos del Carnaval. Se acercó a la ventana y se volvió hacia ella. Venecia amanecía y un rayo de luz iluminó su cara unos segundos sin despertarla. Desnuda entre las sabanas revueltas, estaba bellísima.
Colocó la nota en la mesita, doblada cuidadosamente, junto a una foto de cuando fueron felices. Su último pensamiento, mientras se hundía en las frias aguas del Gran Canal, fue para ella.
Sevilla, Febrero de 2008
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