Para E., que me ha prohibido poner su nombre, pero esta historia siempre ha sido de ella.
La dejó en la cama, dormida. Abrió la ventana, cerró los ojos y se lanzó al vacío.
Luego, nadando por el Gran Canal, rió pensando que era una suerte vivir en Venecia.
Sevilla, Enero de 2008
martes, enero 22, 2008
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3 comentarios:
Me alegra que te hayas decidido a retomar tu blog. Cuando me diste la dirección me lo leí enterito. Me gusta como escribes. No dejes de hacerlo. Un beso.
¡¡Por fin!!... mi espera ha tenido recompensa... sabía yo que debía seguir viniendo :)
Un besazo... y no sabes cuanto me alegro ;)
Muchas gracias, Mía. Ya sabes, se scribe cuando se necesita, y yo no lo he necesitado durante un año.
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